La Santa Muerte no es compatible con la fe católica : Diócesis de Veracruz
Danytza Flores
Veracruz, Ver.- La Muerte no es santa y aunque se le da una forma religiosa, no es parte de la religión católica, deja claro el vocero de la Diócesis de Veracruz, Aurelio Mojica Limón.
Esto al referirse a la explosión originada dentro de un vehículo en Catemaco, que llevaba pirotecnia para ser lanzada en honor a la Santa Muerte y que dejó como saldo dos personas lesionadas de gravedad, una de ellas con amputación de parte de la pierna.
“Sabemos que la Muerte no es Santa, que no viene de Dios la muerte y quien adora y tiene cierta veneración a esto que llaman Santa muerte están equivocados y la muerte es realmente producto del pecado, del mal y quien adora a la muerte está adorando al maligno no al Dios”.
Lamenta que este culto se siga extendiendo, incluso entre católicos practicantes, llegando a la edificación de templos en honor a esa figura esquelética cubierta con hábito.
“Si ha tomado lugar en distintas lugares, hasta templos le han hecho, pero siempre se va a relacionar con cierta tendencia al mal, aquellos que se refugian o aquellos que buscan ciertos favores mágicos, y al final el ser humano es el que quiere el control”.
En ese sentido, explica porque la iglesia católica considera a la Santa Muerte una “blasfemia” y “degeneración”.
“La fe es algo distinto, la fe es hacer lo que Dios dice, la magia es que el hombre paga y controla esas fuerzas para que se haga lo que él dice. La fe es confiar en esa providencia y en ese amor en Dios” alerta el prelado.
Lamentablemente hay personas se van por lo más conveniente o bien por falsas creencias.
Incluso el ministro de la iglesia católica aclara que dentro de la misma religión católica tampoco se debe atribuir poderes mágicos a los signos litúrgicos, son más bien un apoyo para dar ese seguimiento a los tiempos de la religión católica.
En la iglesia siempre va a haber signos y tienen que rescatarse como el tiempo de adviento, el signo de color morado, entre otros signos que van a ir apareciendo, la corona o la cruz, signos litúrgicos que no tiene por qué atribuírsele poderes mágicos comentó.