Jacqueline Samara Vive un Calvario, fue agredida por su ex pareja

Jorge Hernández.

Jacqueline Samara está a punto de cumplir 13 meses postrada en una cama, soportando calores brutales y el dolor insoportable que le genera la bala que tiene alojada en el hueso sacro, producto de una agresión armada que sufrió a manos de su ex pareja.

La mañana del 29 de mayo Jacqueline Samara acababa de salir de la vivienda de sus padres en la calle Punta del Este número 754, en la colonia Astilleros del puerto de Veracruz, cuando la interceptó Ramón Jair T.A., su ex pareja de la que ya se había alejado por las constantes agresiones.

El tipo gritó que se detuviera porque tenían que hablar, Jacqueline ya iba tarde a su trabajo en una farmacia y, como no se detuvo, el criminal sacó una pistola y le disparó en dos ocasiones por la espalda, uno de los proyectiles impactó en la muchacha.

El proyectil penetró a la altura de la región escapular derecha, perforó el hígado, floreó la médula espinal y terminó alojado en el hueso sacro, allí permanece la ojiva pues ningún médico se ha atrevido a extraer el proyectil.

Jacqueline Samara, de 33 años, madre de tres niñas, una de 15 años y dos gemelas de diez años, permaneció dos meses y medio en el Hospital del IMSS en este puerto, donde le instalaron dos placas con cuatro tornillos.

Su condición de salud no mejoró y fue desahuciada por los médicos de esa institución, quienes han asegurado a la familia Contreras Aragón que el daño ya está hecho, debido a que se floreó la médula espinal y que Jacqueline no podría volver a caminar, que no tenía caso que permaneciera hospitalizada.

Tiempo después del brutal ataque, la Policía Ministerial capturó con una orden de aprehensión a Ramón Jair T.A. por delito de tentativa de feminicidio, fue el trabajo pulcro de la fiscal especializada Rosa Amelia Guillén lo que permitió que se hiciera justicia, justicia a medias.

Ramón Jair permanece en prisión, en el Proceso Penal 492/2023, el cual está llegando a su etapa final, pero la víctima sigue en cama, sin poder atender a sus hijas, sin valerse siquiera por sí misma.

Jacqueline Samara pasa los días postrada en una cama, padeciendo intensos dolores que no cesan ni un solo día, con la bala alojada en el hueso sacro, sin la esperanza de poder caminar algún día y sobre todo abrazar a sus hijas.

Las niñas fueron ingresadas a un programa especial donde se les proporciona una beca para que continúen sus estudios, apoyo que no las aleja de la tristeza de ver cómo su madre se consume en una cama por el ataque vil del criminal que tenía como pareja.

La familia Contreras Aragón a dispuesto de cuanto tenían para atender a su hija, pero su situación en nada ha cambiado desde mayo del 2022 cuando fue baleada, por eso hacen un llamado a médicos veracruzanos para que apoyen, con su conocimiento, y encontrar una alternativa para salvar a Jacqueline.

Tienen la esperanza que algún especialista veracruzano o quizá de alguna otra parte del país se toque el corazón y los pueda auxiliar para operar a Jacqueline Samara y así poder salvarla, sus hijas la necesitan.